viernes, 6 de octubre de 2017

Pedro de Ribera

Pedro de Ribera (Madrid, 1681-1742) fue uno de los arquitectos españoles barrocos más destacados. Fue seguidor de Ardemans y José Benito de Churriguera, pero dotó a sus edificios de una personalidad inconfundible. Desarrolló casi toda su carrera profesional en Madrid, convirtiéndose en el mejor representante del barroco madrileño. Disfrutó del respaldo de Antonio de Salcedo y Aguirre, marqués de Vadillo, corregidor de Madrid. Fue nombrado Maestro Mayor de las Obras y Fuentes de Madrid en 1726.

El estilo de Pedro de Ribera se reconoce por las características siguientes:
  • Fusión en la fachada principal de los edificios de la puerta de acceso con un balcón superior.
  • Empleo de baquetones para enmarcar la puerta del edificio; son de sección asimétrica y más saliente que los utilizados hasta entonces.
  • Profusión de elementos decorativos en las portadas de los edificios.
  • Sustitución de las columnas por estípites.
  • Empleo de cúpulas bulbosas, hasta entonces ajenas a la arquitectura española.
  • Uso de chapiteles para rematar las torres, heredados del estilo herreriano.

Pedro de Ribera construyó edificios religiosos, civiles y militares, y elementos urbanísticos, como puentes y fuentes.

Entre los edificios religiosos hay que citar la ermita de la Virgen del Puerto (1716-1718), la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat (1720), la iglesia parroquial de San Millán y San Cayetano (1722-1737) y la iglesia parroquial de San José (1730-1748), además intervino en el monasterio de Santiago de Uclés (1735).

La ermita de la Virgen del Puerto se construyó por encargo del marqués de Vadillo, fue destruida durante la Guerra Civil de 1936-1939 y reconstruida en 1945. Es uno de los primeros ejemplos de arquitectura barroca en España. Tiene planta de cruz griega con los brazos rematados en semicírculo en el interior y plano al exterior, y cúpula sobre tambor octogonal rematado por un chapitel. La fachada adintelada está enmarcada por dos torres-campanario coronadas por chapiteles.

La ermita de la Virgen del Puerto (1716-1718) es una de las iglesias levantadas por Pedro de Ribera.


La iglesia de Nuestra Señora de Montserrat formó parte del monasterio homónimo fundado por Felipe IV en 1642. Las obras se concluyeron en 1720 con la participación de Pedro de Ribera en la decoración de la portada y construcción de las dos torres. Llama la atención el dinamismo de la decoración. En la parte superior se abren ventanales de medio punto flanqueados por estípites; el tejado de pizarra se corona con una arandela, una caperuza con un bulbo, un chapitel y una bola del mundo con una cruz. La iglesia de Nuestra Señora de Montserrat fue declarada Monumento Nacional en 1914.

La iglesia parroquial de San Millán y San Cayetano formó parte del desaparecido convento de Nuestra Señora del Favor. Las obras las inició el arquitecto Marcos López en 1669, las continuaron José de Churriguera y Pedro de Ribera y las concluyó Francisco de Moradillo en 1761. La planta es de cruz griega. La cúpula cuenta con un tambor sobre pechinas de estilo bizantino. El interior consta de tres naves y cuatro capillas. La fachada presenta ocho pilastras rematadas con capiteles de orden compuesto; las dos pilastras de cada extremo encuadran las dos torres y entre las cuatro del centro se disponen tres arcos de acceso de medio punto; los nichos que hay sobre los arcos albergaron las estatuas de san Cayetano, de Nuestra Señora del Favor y de san Andrés Avelino, realizadas por el escultor Pedro Alonso de los Ríos. Durante la Guerra Civil de 1936-1939 el convento fue atacado y sólo quedó la fachada, fue reconstruido por iniciativa de la duquesa de Alba en 1962 y declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1980.

La iglesia parroquial de San José cuenta con una fachada muy ornamentada, nave cubierta con bóveda de cañón y cúpula. Destaca por su decoración la capilla de Santa Teresa, dispuesta como una iglesia en miniatura y embellecida con pinturas murales.

Pedro de Ribera diseño la fachada principal del monasterio de Santiago de Uclés.


 Pedro de Ribera construyó la fachada principal o del mediodía del monasterio de Santiago de Uclés. Aparecen cuatro pilastras decorativas. En la parte superior se cuentan delfines, leones, cabezas, guerreros, trofeos, frutas, dos cruces de Santiago y dos bustos de moros sujetos con cadenas, medio cuerpo de Santiago con la cruz maestral en la mano izquierda y una espada en la derecha en la que se lee “Fidei defenso”, es decir, “Defensa de Dios”, y en la parte inferior se lee “Caput Ordinis”, es decir, “Cabeza de la Orden”, y se ven cruces sueltas, una corona real, caballeros con trofeos y moros encadenados. El monasterio de Uclés fue declarado Monumento Nacional en 1931.

El Real Hospicio del Ave María y San Fernando es el edificio más conocido de Pedro de Ribera y del Barroco madrileño.


Entre los edificios civiles hay que mencionar el Palacio de Torrecilla (1716-1731), el Real Hospicio del Ave María y San Fernando (1721-1726), el Palacio de Santoña (1730-1734) y el Palacio del marqués de Perales (1732).

El Palacio de Torrecilla se distribuye en piso bajo y tres plantas. En la fachada se funde en un conjunto la puerta monumental y la balconada superior.

El Real Hospicio del Ave María y San Fernando esta considerada la mejor obra de Pedro de Ribera y del barroco madrileño. La portada está concebida como un retablo; se divide en dos cuerpos, separados por una cornisa curva en el centro; en el segundo cuerpo, cobijado en una hornacina se distingue la figura de san Fernando recogiendo las llaves de la ciudad de Sevilla. El movimiento ascensional de la fachada se consigue utilizando elementos arquitectónicos y decorativos, caso de estípites, óculos y rocallas. El conocido como Hospicio de San Fernando fue declarado Monumento Nacional en 1919.

El Palacio de Santoña está construido en ladrillo y cantería de granito. La portada principal se ajusta al modelo típico de Pedro de Ribera en el que se funde la puerta de acceso y el balcón.

Del Palacio del marqués de Perales destaca la portada con balcón superpuesto con decoración floral y orejetas.

El cuartel del Conde-Duque de Madrid es el único edifico de carácter militar de Pedro de Ribera.


El cuartel del Conde-Duque (1717) fue un edificio militar en el que participó Pedro de Ribera. Fue mandado construir por Felipe V para acoger a las compañías de los Reales Guardias de Corps. El edificio se concibió como un gran cuartel de estilo francés. Es de planta rectangular y se estructura alrededor de tres patios, siendo el central el de mayor tamaño. Destaca la portada principal en la fachada este, que cuenta con dos pilastras rústicas a cada lado de la puerta y escudo real. Para dar perspectiva a la portada se trazó una plaza frente a ella.

Dos de los elementos urbanísticos más conocidos son el Puente de Toledo (1718-1732) y la Fuente de la Fama (1738-1742).

El Puente de Toledo une ambas riberas del río Manzanares, enlazando las glorietas de Pirámides y Marqués de Vadillo. Fue construido con pilares de granito. Se compone de una parte central formada por nueve arcos de medio punto con sólidos contrafuertes y tambores que se rematan en balconcillos. En la zona central hay dos hornacinas que contienen las estatuas de san Isidoro Labrador y santa María de la Cabeza, realizadas por el escultor Juan Alonso de Villabrille y Ron. El Puente de Toledo fue declarado Monumento Nacional en 1956 y Bien de Interés Cultural en 1992.

El Puente de Toledo de Madrid comunica las dos orillas del río Manzanares.
  

La Fuente de la Fama la encargó Felipe V con el fin de abastecer de agua a Madrid a la vez que embellecer la ciudad. Está construida en piedra berroqueña y caliza para los grupos escultóricos. Se asienta sobre un pilón en forma de trébol de cuatro hojas, sobre el que descansa la base, custodiada por cuatro delfines mitológicos, que arrojan agua; estas esculturas sujetan una pilastra adornada al modo churrigueresco. Los motivos ornamentales son floreros y cuatro niños sosteniendo otras tantas conchas, que hacen las veces de parapeto sobre las cabezas. La estatua de la Fama que remata la fuente es una victoria alada con trompeta, obra del escultor Juan Bautista.

La Fuente de la Fama está rematada por una victoria alada.


Obras de Pedro de Ribera que no se han conservado son el Real Seminario de Nobles (1725), la Fuente de las Arpías (1726), de la que sólo se conserva la estatua de la Mariblanca, la primera Puerta de San Vicente (1726-1727) y el Puente Verde (1728-1732).

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