sábado, 19 de septiembre de 2015

Palacio de Carlos V, de Pedro Machuca

Pedro Machuca (Toledo, 1490-Granada, 1550) se formó como arquitecto en Italia en la segunda década del siglo XVI formando parte del círculo de Bramante. Desde 1520 se instaló en Granada donde se encuentra su mejor obra, el Palacio de Carlos V (1527).

Carlos V e Isabel de Portugal se casaron en 1526 y pasaron sus primeros meses de matrimonio en Granada. Fue entonces cuando Carlos V encargó a Pedro Machuca le construyera un palacio en la Alhambra. Las obras del Palacio de Carlos V comenzaron en 1527, las continuó Luis Machuca, hijo de Pedro, en 1550, Juan de Herrera y Juan de Minjares en 1583, Leopoldo Torres Balbás en 1923 y las finalizó Francisco Prieto Moreno en 1957.

La planta del Palacio de Carlos V conjuga el cuadrado, en el perímetro exterior, y el círculo, en el patio interior. El cuadrado es de 63 ms. de lado, achaflanado en la esquina en la que se ubica la capilla, de planta octogonal. El patio tiene un diámetro de 35 ms.

La planta del Palacio de Carlos V aúna el cuadrado y el círculo para manifestar la universitas christiana.
  

El palacio consta de dos plantas. La planta baja es de orden toscano, almohadillado con sillares de distinto tamaño y banco corrido a lo largo de todo el muro exterior. El piso superior es de orden jónico, sin almohadillar y los balcones están coronados con frontones triangulares de manera alterna. Las ventanas del piso bajo y los balcones del piso alto son adinteladas, están encuadradas entre pilastras y coronadas con óculis, más grandes los del piso superior.

Fachada del Emperador.
En el piso bajo se emplearon sillares almohadillados.
  

El cuerpo central de la fachada occidental o del Emperador consta de tres puertas adinteladas en la planta baja, la central de carácter monumental; están enmarcadas por parejas de columnas dóricas y coronadas con un frontón triangular. En la planta alta se cuentan tres balcones entre parejas de columnas jónicas, el central coronado con un frontón triangular y los laterales con uno curvo. Las puertas y los balcones laterales están coronadas con medallones figurativos y el balcón central con uno heráldico.

El cuerpo central de la fachada sur consta de una puerta de acceso adintelada de carácter monumental, entre dos pares de columnas dóricas, y coronada con un frontón triangular. El piso superior presenta un arco serliano entre dos parejas de columnas jónicas.

En la fachada sur destaca el arco serliano del segundo piso.
  

El patio interior cuenta con dos pisos. El piso bajo cuenta con 32 columnas dóricas con entablamento de triglifos y metopas con motivos de guirnaldas y bucráneos. Su bóveda es anular. El piso superior cuenta con otras tantas columnas jónicas con entablamento liso y bóveda recubierta con casetones de madera.

El patio interior del Palacio de Carlos V es circular.


El Palacio de Carlos V obedece a un programa ideológico que se manifiesta en su emplazamiento y en el dibujo de su planta. Que el palacio se ubicase en la Alhambra obedeció al deseo de Carlos V de mostrar el triunfo del cristianismo sobre el islam. Que el dibujo de la planta aunase el cuadrado, símbolo de lo terrenal, y el círculo, símbolo de lo celestial, obedecía al interés de Carlos V de mostrar, también a través de la arquitectura, su programa de universitas christiana.

El Palacio de Carlos V sirvió para dejar atrás el plateresco e inaugurar el clasicismo o purismo en el Renacimiento español. Pero su influencia en la arquitectura española fue escasa dado que a los pocos años se impuso el estilo herreriano o escurialense. Sin embargo, sí influyó en el manierismo italiano; así Vignola utilizó el patio circular dentro de un edificio pentagonal en el Palacio Farnesio de Caprarola (1550).

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